Obras de Vivaldi, Montanari, Albinoni, Pisendel, y otros maestros italianos.
Septiembre de 1717.
El joven virtuoso Johann Georg Pisendel regresó a Alemania después de casi un año viajando por Italia. Pisendel, que se convertiría en uno de los músicos más renombrados de Europa, llegó a Dresde ese mismo año para ocupar el puesto de Premier Violon en la Hofkapelle de Dresde. Durante su estadía en Italia se ganó el respeto y la amistad de los músicos más importantes de la época, entre ellos Vivaldi, Montanari y Albinoni. Pisendel trajo consigo no solo las enseñanzas de estos grandes virtuosos sino también un equipaje repleto de manuscritos musicales, seleccionando para el viaje de regreso las partituras más valiosas que pudo reunir. Era un bagaje lleno de tesoros musicales, algunos de ellos no han sido interpretados desde entonces.
Este programa es el punto de partida del “Cabinet II Project”: una profunda investigación sobre el “Schrank II” (Armario II) de Dresde, que contiene la colección de Pisendel, uno de los archivos más importantes de la música del siglo XVIII compilado hace exactamente 300 años.
Notas
Este programa es el punto de partida del “Cabinet II Project”: una profunda investigación sobre el “Schrank II” (Armario II) de Dresde, que contiene la colección de Pisendel, uno de los archivos más importantes de la música del siglo XVIII compilado hace exactamente 300 años.
Johann Georg Pisendel fue uno de los virtuosos más reconocidos de su tiempo, no solo fue conocido como un destacado compositor y violinista, sino que su talento y personalidad le valieron la amistad y admiración de los más grandes compositores de su tiempo. Amigo de Bach, Vivaldi, Telemann, Albinoni y muchos otros, Pisendel recibió de manos de estos compositores páginas y páginas de partituras escritas especialmente para él: el solo de violín en la Misa en si menor de Bach, sonatas y conciertos de Vivaldi y Telemann son solo algunos ejemplos.
Pisendel también fue un ávido coleccionista y un laborioso copista. Su colección personal de partituras se guarda en el archivo conocido como Schrank II (Armario II) en referencia a su posición original en el archivo de la Orquesta de Dresde. Desde 1717 Pisendel llenó esta colección no solo con las partituras que se tocaban en la orquesta, sino también con toda la música que personalmente consideraba más valiosa y que había reunido en sus viajes.
De todos estos viajes, su viaje a Italia fue un hito que marcaría un antes y un después no solo en su vida sino en el futuro musical de la ciudad Dresde, uno de los centros musicales más influyentes de Europa. Desde ese momento, Dresde cambió su fuerte gusto musical francés (establecido por el ex concertino Jean-Baptiste Volumier) por un gusto claramente italiano que influyó en las posteriores generaciones de músicos.
Pisendel ya formaba parte de la orquesta de Dresde en 1712. Fue en 1716 cuando el príncipe elector de Sajonia, más tarde conocido como Augusto III de Polonia, inició el tradicional viaje de formación a Italia, llevándose consigo una selección de músicos de su orquesta, Pisendel entre ellos. Pisendel aprovechó el viaje para recibir lecciones de los grandes maestros italianos y satisfacer su curiosidad musical. Cuando en septiembre de 1717 regresó a Dresde, su equipaje estaba repleto de partituras, muchas copiadas por él mismo en un papel especial más pequeño de lo habitual que era más práctico para los viajes, otras partituras fueron escritas por los propios maestros como Vivaldi o Albinoni. Después de ese viaje, Dresde nunca volvió a ser igual, el gusto italiano se apoderó de compositores como Graun y Quantz y el binomio Dresde-Vivaldi se volvió inseparable, haciendo de Dresde uno de los archivos más grandes del mundo de la música de Vivaldi, solo superado por el de Turín.
En palabras del eminente musicólogo Michael Talbot:
“The story of the journey of Pisendel to Italy is a story that deserves and has yet to be told.”
La Sonata RV 25 de Antonio Lucio Vivaldi no es solo una obra que demuestra la originalidad y calidad de uno de los más grandes compositores del Barroco, sino que también es una valiosa evidencia del vínculo especial que se creó entre el maestro veneciano y el joven Pisendel. Fue el mismo Vivaldi quien copió y dedicó la sonata a Pisendel, de su propio puño la tituló: […] Pero Vivaldi no completó la sonata y dejó espacio a Pisendel para añadir un movimiento de su propia creación. Así, encontramos, entre las notas escritas por Vivaldi, un movimiento lento escrito con una letra diferente, la de Pisendel. La pieza musical es un ejemplo perfecto de la estrecha relación que se creó entre los dos virtuosos.
Fue durante su estancia en Venecia cuando Pisendel conoció a otro de los grandes compositores del momento: Tomaso Albinoni, que también quedó cautivado por la habilidad del alemán. Fruto de esta admiración encontramos en el equipaje de Pisendel tres sonatas autógrafas de Albinoni. La Sonata en si bemol mayor incluye una dedicatoria especial para Pisendel: “Sonata a Violino solo di me Tomaso Albinoni Composta p il Sig: Pisendel”.
Los particulares requisitos técnicos y musicales de esta sonata muestran claramente que fue escrita especialmente para el virtuoso Pisendel.
La Sonata en mi menor de Antonio Montanari fue copiada probablemente en Roma cuando Pisendel buscó el consejo de este gran violinista y maestro del propio Vivaldi. Antonio Montanari fue definido como “virtuossisimo sonator di violino” por el famoso Pier Leone Ghezzi y uno de los grandes compositores de la época, Giuseppe Valentini, elogió su “merito impareggiale” y confesó ser “Suo diuoto Seruo ammiratore della Sua Virtu.”
Autenticada en 2005 como una pieza de Pisendel, la Sonata en Mi mayor fue escrita durante su viaje por Italia y es un perfecto exponente del estilo compositivo personal y virtuoso de Pisendel. No se interpreta a menudo, en parte por la relativa novedad de la paternidad pisendeliana y en parte por tratarse de un manuscrito poco legible, que contiene gran cantidad de anotaciones y correcciones. Sin embargo, estas correcciones añaden interés a la pieza, ya que estudios recientes sugieren que fueron realizadas por Antonio Montanari, haciendo de la composición un ejemplo perfecto de las experiencias musicales de Pisendel en Italia.
Grabado para Snakewood Editions